La siguiente noticia puede sorprender de primeras, pero en realidad se trata de un caso más enrevesado de lo que puedas pensar. El experimento llega de la mano de un investigador de la Universidad de Reading, quien sin pensarlo demasiado se implantó un chip RFID infectado (con esto queremos decir, un virus informático en la memoria del implante) con la intención de demostrar los peligros que acarrea la propagación de un gusano.
Sin ir más lejos, el simple hecho de pasar el implante por un dispositivo de control, provocaría que el virus quedara residente en él para luego transportarse por otros chips. Lo peor de todo esto es que este mismo razonamiento podría usarse en los implantes médicos, provocando una posible "epidemia virtual" que viajaría de paciente en paciente, por no hablar de todos los problemas que eso podría acarrear en la salud del portador (lecturas erróneas de marcapasos, por ejemplo). Es, cuanto menos, espeluznante.
Fuente: Engadget
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